La leyenda del tenis argentino, Gabriela Sabatini, abrió su corazón y compartió una confesión que sorprendió al mundo del deporte. La ex campeona del US Open contó que durante varios años sufrió un fuerte bloqueo emocional vinculado a su timidez extrema y al temor de enfrentar entrevistas, una situación que llegó a condicionar su rendimiento y su carrera en lo más alto del circuito femenino.
En una conversación íntima en el canal de YouTube del ex Puma Agustín Creevy, la ex número 3 del ranking mundial admitió que, en ocasiones, perder un partido era para ella una forma de evitar la exposición mediática. “Sabía que si llegaba a la final tenía que hablar. Pensaba en eso y a veces perdía en semifinales porque no quería enfrentar esa situación. Era una cosa de locos, increíble”, reconoció con total honestidad.
La ex tenista explicó que desde muy chica convivió con la timidez y el pánico escénico. Por eso, debió trabajar con psicólogos deportivos para poder sobrellevar la presión que le generaban los micrófonos. “Nunca me gustó ser el centro de atención”, dijo. Al mismo tiempo, recordó que la crítica mediática la afectaba profundamente y que, en más de una oportunidad, se sintió juzgada por supuestos hábitos de entrenamiento que, según ella, no eran reales.
Sabatini también recordó cómo esa lucha silenciosa formó parte de todo su recorrido profesional. Con una carrera brillante, en la que ganó el US Open 1990 y fue finalista en Wimbledon 1991, convivió en paralelo con ese peso interno que le impedía disfrutar plenamente del éxito. A la distancia, confesó que ese temor fue uno de los factores que la alejaron de la cima del ranking mundial.
Una batalla emocional detrás de una carrera inolvidable
Mirando hacia atrás, Sabatini describió aquel proceso como una transformación personal profunda. Con el paso del tiempo, el tenis la ayudó a expresarse y superar parte de ese miedo, aunque no siempre fue fácil. “Era extremadamente tímida e introvertida”, aseguró. Hoy, ya retirada y convertida en un símbolo del deporte argentino, se anima por primera vez a hablar de aquel trauma que atravesó en silencio mientras el mundo la aplaudía.